Ellos nunca imaginaron que su vida daría un giro de 180 grados. Pero allí estaba ella irradiando una alegría contagiosa que lo desconcertó. En ese instante, algo dentro de él se encendió, una chispa que no había sentido nunca.

Sin buscar nada, comenzaron a verse con frecuencia, hablar todo el día, y aunque no eran novios, ambos sabían que había algo especial entre ellos. Su encuentro casual con él fue como un rayo de sol en un día gris. Había algo en su mirada que la enamoró.

Poco a poco, las salidas casuales se convirtieron en encuentros diarios. Las conversaciones interminables, en confesiones del alma. Y sin darse cuenta, se enamoraron perdidamente. Sus vidas se entrelazaron de una manera tan natural que pronto se vieron, soñando con un futuro juntos.

La propuesta de matrimonio fue tan romántica como inesperada. En un entorno romántico preparado con todo su amor, él le dijo: ¿Quieres pasar el resto de tu vida conmigo? Y ella sin dudarlo dijo: ¡¡¡¡Sí!!!!.

AGRADECEMOS LA BENDICIÓN DE NUESTROS PADRES